Pasar al contenido principal
Trampantojos Optiwin

TRAMPANTOJOS

Trampantojo es una palabra de esas que lo dicen todo, pues viene a ser una contracción de trampa ante ojo, o sea una trampa o ilusión óptica con la que se engaña a alguien. Su origen está en la pintura e intrínsecamente relacionado con el desarrollo de la perspectiva, que es ni más ni menos un sistema de representación que intenta reproducir la profundidad del espacio, o la tridimensionalidad si se prefiere, sobre una superficie plana o bidimensional, si se prefiere también, bien sea un papel, un lienzo o incluso una pantalla, aunque en ese caso el engaño es distinto.

 

Romangordo

Porque de eso se trata, de un engaño, una ilusión óptica que nos permite reconocer nuestro entorno en una reproducción gráfica y reconocernos como parte del mismo a su vez. Su origen puede rastrearse en la pintura romana, principalmente en el estilo de perspectiva arquitectónica durante el siglo I a.C., en el que ya se busca profundidad propiciando incluso que las estancias decoradas con esta técnica —se trataba de pintura principalmente mural— parecieran más grandes al dibujar ventanas tras las que se pueden ver edificios e incluso paisajes, que por cierto aparecen por primera vez como recurso pictórico.

Pero no será hasta el desarrollo del gótico con la aparición de las nuevas técnicas pictóricas, principalmente la pintura al óleo que desbanca a los temples y encáusticas tradicionales, y permite trabajar durante más tiempo sobre la misma obra al ser su proceso de secado mucho más lento, cuando la perspectiva y el trampantojo lleguen a su máximo esplendor, alcanzándose ilusiones ópticas sublimes especialmente ya en el Renacimiento, de hecho imposibles de superar hasta la llegada de la tecnología infográfica y el 3D en el siglo XX.

 

Romangordo y los trampantojos

Pues bien, resulta que un pueblo de la provincia de Cáceres ha hecho del trampantojo su seña de identidad, y lo que empezó como una solución para mejorar un rincón poco agraciado de la localidad se ha convertido en un reclamo turístico de primer orden. Ese pueblo es Romangordo, en la reserva de la biosfera de Monfragüe, y desde que se hizo El rincón del burro, que así se llamaba esa pintura primigenia, artistas como Brea o Sojo, entre otros, han ido plasmando en sus muros y puertas la historia de sus gentes, combinada con temas de actualidad como la violencia de género o el cambio climático. Un mapa recoge la ubicación de cada obra en esta ruta del trampantojo que desde OPTIWIN os recomendamos enfáticamente conocer.

 

Red paragraph text